MEDIANOCHECLARA

MEDIANOCHECLARA

sábado, 28 de abril de 2012

VENTANA AL INFIERNO

Se pierde inconsciente
entre la gente desconocida
que no ve, su ceguera es irreversible,
estira su sombra aún más para llegar
dejando un hueco en su razón,
que incomoda su silueta y su posición.
No comprende, ni podría hacerlo, que hay
un día de sol, una noche de verano.
No percibe su aspecto desolado
que se diluye en sus tiniebla oscuras,
es una pintura abstracta, dañina,
es una joya descolorida, y en desuso,
un tesoro sin dueño ni papeles,
una flor sin pétalos ni perfume,
una canción sin nombre, sin amor.
Pero sigue allí, revuelta y sucia,
sigue aferrada a su banco de papel.
La pantalla la absorbe perdiéndola
entre los colores indecorosos,
ya está ausente, desentendida,
el bullicio es un silencio absurdo
que la conmueve a seguir allí,
encajada en la niebla verde putrefacta.
Sin que la asista su interior ausente,
sentada manipula su vida desordenadamente,
ocasionalmente tose, mira sin ver,
escucha sin comprender su propia voz,
está tan oscura su voluntad, que se destiñe
como una muñeca de paja y cartón.
Que le salen alas entre los brazos,
que le brotan perlas en la frente,
pero su rostro disimula el color de su piel.
Su alma se identifica para cuidar de ella,
y juntas son una sola interpretación,
un concierto sin música, sin sonido,
las lágrimas del ser fluyen sin saberlo,
deja correr sus aguas secándolas con su dorso,
sus alas comienzan a extenderse.
Quiere volar entre el enjambre de seres,
se hace imposible su huida, no tiene pista,
ni aire, ni amor para cuidar su alma.
Se deshace en el fragor de la tarde para escapar
entre las sombras de otros iguales,
desapareciendo deja una huella gigante...
su esencia es un hilo que se pierde en su búsqueda.

viernes, 13 de abril de 2012

MARIEL

El camino se insinuaba polvoriento y desolado, pero nada parecía indicarle a élla que el peligro la asechaba.
Cantaba una canción india aprendida años atrás cuando fue a la reserva de los indios tehuelches.
Esa canción entrañablemente triste la hacia sonreír de angustia, parecía que encontraba placer en el dolor y la soledad.
Sintiendo el viento aullar repetidamente acompañando su canto, caminaba febril suspirando en cada bocado que absorbía su respiración entre el silencio y su voz lúgubre.
Mariel nació entre las flores del campo hacia ya veinte años; su vida transcurrió allí junto a los animales y el polvoriento terreno donde jamás llovía, la tierra seca parecía corcovear y lanzar a sus demonios por el viento, nada en ella hacía notar descontento se había mimetizado con el tiempo
En su ligero andar miro que el camino se habría en dos brazos, uno llevaba al cementerio el otro a un pequeño pueblo deshabitado, Mariel siguió para el pueblo y su canción se hizo más triste, melancólica.
Ya hacía mucho frío, la tarde le llego de golpe al pueblo junto a Mariel que lo recorría con avidez sin encontrar lo que tanto buscaba, se centro en una casa en ruinas como todas las demás, solo que esta era la vivienda donde ella había nacido.
¿Que buscaba Mariel en ese lugar después de veinte años?.

La realidad de su abandono. Ella nunca conoció a sus padres se crió entre la bruma en medio de la nada, solo los animales acompañaron su existencia.
Entro sin miedo, como un animal sediento de sangre busco con ansia cualquier cosa, algo que pudiera hacer que comprendiera, algo significante.
Su canto un susurro prolongado y aterrador, sus pies descalzo precipitados avanzaban golpeando todo lo que encontraba a su paso con un ritmo acelerado, justificado.
Quizás quería saber aquello que no comprendía porque nadie jamás le dio un lugar. Su memoria estaba poblada de un número de cosas que solo ella podía desentrañar.
Busco y busco sin saber bien que. Entre las tablas podridas del lugar encontró una foto muy vieja, sus manos torpes violentamente agarraron ese pedazo de papel descolorido por el tiempo; allí con el dorso de la mano limpio el polvo acumulado por años y descubrió una mujer junto a un hombre, sus ojos se llenaron de despecho, un odio animal nació, su canto fue un aullido lúgubre que se sintió en toda la comarca- fue como una ardiente llama que forzó al tiempo a desentrañar su pasado.
Y allí mismo vio nacer la criatura que era ella misma. Su madre fue muerta por los indios, su padre desapareció bajo el influjo del dolor y su locura le atravesó el corazón. 
Fue rescatada por un perro salvaje y criada como tal. Su fuerza mental fue extraordinaria, allí mismo nació una nueva Mariel, su canto se volvió un río manso, sus ojos por primera vez lagrimearon… conoció de pronto a su ser, se compadeció de ella misma, cayó sobre la tierra dura donde su padre había muerto y con su canto ahora llanto.
Abrió su corazón de un solo tajo dejando caer a borbotones su sangre y su vida.


sábado, 7 de abril de 2012

HUIR

En un espacio sin lugar se desarrolla un especial de sinsabores. Es un letargo de años.
Es un revuelto sin nombre, que se abastece con razones que otro creo tener, y el próximo se ahoga sin poder tener en su camino un  solo movimiento que valga un penique
Es solo un ser sin importancia, sin interés que nadie se preocupa en entender, la fuerza de la esclavitud siempre su origen será tener más, saber lo que él no logre entender más allá del pionero, de la creación.
Como dilucidar este tema tan escabroso, cuando solo uno piensa que su razón e inteligencia es sobre poderosa.
No hay caminos, ni senderos, ni un solo lugar donde pueda escalar ni remontar ideas. Esta más allá de lo que piensa que siempre es el maldito que hace daño.
Por eso quiere volar como mariposa al viento, no trasgredir, no corromper, solo extender las alas y dejarse llevar por la brisa o la tormenta que avecina clara y nítida.
Quizás pueda encontrar un lugar donde su pronunciar, su proceder y pensamientos sean aceptados como una razón valedera.
Cansado ya de navegar sin remolinos ni despegues, al mundo incierto a de entregar sus ideas, si no la quieren acatar será un final entre final, será de aquel que se lo lleve todo, eso sí, tendrá que corresponder porque sin razón nada tendrá valor, y si la ha de tener será mejor huir,
 Sin mirar atrás desaparecer en tiempo de este mundo.